La cocina es el área de nuestra casa que más energía consume al cabo del día. El frigorífico, el lavavajillas, el horno… nos hacen la vida mucho más fácil, pero esta ayuda termina pasándonos factura, literalmente. Para que el recibo de la luz no se nos dispare, y además podamos cocinar despreocupados sabiendo que a la vez estamos protegiendo el medio ambiente, te contamos los mejores trucos para ahorrar energía en tu cocina.
Estos son los trucos más interesantes y que sí funcionan para ahorrar energía en tu cocina, clasificados por aparato:
[h3blog]1. Reduce el consumo del frigorífico[/h3blog]
Este electrodoméstico consume de media un 15% de la energía total de tu hogar. Y si no cuidas el uso que le das, este porcentaje aumenta. De ahí que haya que ser cuidadoso incluso con el punto de la cocina en el que se sitúa. Toma nota para reducir su consumo:
- Vigila su temperatura: El frigorífico debe permanecer entre los 3ºC y los 5ºC. Si cuenta con congelador, este debe tener una temperatura entre los -18ºC y los -15ºC.
- ¡No lo abras! (más de la cuenta): Intenta no protagonizar la típica escena en la que alguien abre el frigorífico y se queda mirando su interior decidiendo qué comerá. Cuando abras su puerta, tenlo claro de antemano para que sea el menor tiempo posible, ya que cuanto más tardes en cerrarlo, más energía necesitará el aparato para volver a llegar a la temperatura óptima. Al organizar la compra, prepara todos los alimentos que dejarás en la nevera para poder guardarlos lo antes posible.
- Mantenlo limpio: La formación de escarcha en tu nevera hace que consuma más energía porque, una vez más, necesita mantener una temperatura óptima. Por eso, retírala antes de que forme una capa de hielo. Cuando realices esta limpieza, recuerda desenchufar el frigorífico.
- Sitúalo con cabeza: Colócalo lo más lejos posible de otros electrodomésticos que se calienten como el horno, o los fogones. Al encontrarse junto a ellos, la zona será más calurosa y consumirá más.
- Cuanto más pequeño sea, menos consumirá: Por tanto, evalúa también cuánto espacio necesitas y plantéate cambiar a uno más pequeño si vives solo o en pareja.
[h3blog]2. Ahorra energía con tu microondas[/h3blog]
Según el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) “utilizar un horno microondas en lugar de otro convencional supone un ahorro de un 60% de energía”.
Sabiendo este dato, busca adaptar tus recetas con horno al microondas para así reducir el consumo energético. La cocina con el microondas va más allá de hacer palomitas o recalentar tuppers. ¡Te sorprenderá!
Muchos de estos electrodomésticos cuentan con programas para descongelar alimentos pero, otra forma de ahorrar es hacerlo en el frigorífico. Aunque el proceso es más lento, no va a suponerte ningún gasto extra. Descongela usando el microondas solo cuando te corra mucha prisa.
Y si vas a pasar varios días fuera de casa recuerda desenchufarlo ya que, aunque no se esté usando, algo de luz sigue consumiendo si tiene reloj.
[h3blog]3. Haz que tu horno consuma menos[/h3blog]
Que el horno gasta mucha energía es cierto, pero es fácil reducir este consumo.
- No abras la puerta mientras cocinas: Primero porque puede afectar a tu elaboración (por ejemplo, abrir el horno mientras haces un bizcocho es un pecado, ya que ese simple gesto hace que no suba bien) y segundo porque, cada vez que lo haces, se escapa un 20% del calor. Eso quiere decir que el horno gastará más para recuperar la temperatura previa a la apertura.
- Cocina varias cosas a la vez: Con un horno grande con ventilador la temperatura es la misma en todo el aparato, por tanto, puedes hacer varias recetas. Asegúrate de que necesiten tiempos y temperaturas similares.
- Precalienta lo justo y necesario: Para las recetas de más de 1 hora no hace falta. Con las demás, cronometra el precalentado. Eso de encender el horno cuando empiezas a preparar las cosas y luego meter la fuente o la bandeja está bien si nos lleva 10 o 15 minutos.
- Apágalo un poquito antes: Tómate la licencia de apagarlo al menos 5 minutos antes. Con el calor residual tu plato se terminará sin problema.
[h3blog]4. Usa la vitrocerámica con inteligencia[/h3blog]
Probablemente uses este electrodoméstico todos los días varias veces, así que es importante que conozcas estos trucos para ahorrar energía en tu cocina:
- Escoge el fogón de tamaño adecuado: Si cocinas con una sartén o una olla pequeña en un fogón demasiado grande dejarás escapar calor. Asegúrate de las medidas de los fuegos cuando renueves tu menaje.
- Aprovecha el calor residual: Esos 5 últimos minutos de cocinado los puedes hacer con la vitrocéramica apagada. Y es que conserva el calor bastante tiempo, así que es perfecto para esas recetas en las que el plato se remata con unos minutos a fuego lento. Importante: esto no sirve en cocinas de inducción, ya que se enfrían casi al instante una vez se apagan.
- Cocina en cantidad y congela: Una forma de usar menos energía y tener siempre opciones en el congelador es cocinar en cantidad. Sobre todo cuando vives solo o en pareja. Por ejemplo, hacer lentejas para uno es complicado, ¿verdad? Pues hazlas para cuatro y congela todo lo que no vayas a comer. Estarás empleando la misma energía que cocinando para uno y además tendrás ricas lentejas para varios días.
- Usa olla a presión: En esas recetas en las que sea posible, prueba a hacerlas con olla exprés o a presión. Al cocinar más rápido, gastaremos menos.
[h3blog]5. No te cortes en poner el lavavajillas[/h3blog]
¿Crees que es un derroche pudiendo lavar a mano? Pues según IDAE ¡deberías saber que usando el lavavajillas ahorras!
- Llénalo: Ese ahorro se da siempre y cuando lo utilices estando lleno. Recuerda aprovechar bien todo el espacio y colocar tu vajilla correctamente.
- Cocina dentro: Como lo lees. Cocinar con tu lavavajillas es posible. Aprovecha para elaborar alguna receta y así, cuando termine el programa tendrás platos limpios de sobra en los que degustarla.
[h3blog]6. Apuesta por un robot de cocina[/h3blog]
Una forma de ahorrar energía es emplear pequeños electrodomésticos como los robots de cocina, ya que no gastan tanto como una vitrocerámica o un horno durante su uso. ¡Y son comodísimos!
Por ejemplo, con el robot MINICOOK es posible realizar diferentes elaboraciones usando solo este aparato: emulsionar, picar, triturar, mezclar, moler, cocinar al vapor, picar hielo, sofreír y amasar. Esto se traduce en que con un único electrodoméstico te ahorras encender la vitrocerámica para usar la sartén o una olla y tampoco necesitas enchufar una batidora de vaso o una picadora.
Como ves, ahorrar energía en la cocina no consiste en tener todo apagado ni en cerrar la puerta con llave para no entrar. ¡Al contrario! Lo importante es hacer un uso responsable y poner estos trucos en práctica siempre que sea posible. ¡Poco a poco formarán parte de tu rutina!
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